lunes 29 de abril de 2024
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SALUD

El 46% de las mujeres en la industria de la salud argentina enfrenta discriminación de género en el ejercicio de su profesión, según relevamiento

La Fundación Voces Vitales, comprometida con el empoderamiento de las mujeres, y la compañía de la industria de la salud, Johnson & Johnson, se unieron para hacer el primer relevamiento de las oportunidades y desafíos que tienen las mujeres profesionales en el sector de la salud en Latinoamérica Sur (Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay), haciendo foco en Argentina.

Según ONU-Mujeres, la entidad de las Naciones Unidas dedicada a la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, las desigualdades de género están profundamente arraigadas en las sociedades. Aunque se han realizado esfuerzos por fomentar la igualdad, las mujeres aún encuentran importantes desafíos en sus entornos laborales. No sólo carecen de acceso a empleo formal, sino que también se enfrentan a disparidades salariales basadas en el género, a la subrepresentación en la toma de decisiones y tienen poco acceso a educación y recursos de aprendizaje. Además, sufren discriminación en sus lugares de trabajo.

En ese sentido, el relevamiento profundiza sobre esta situación para obtener datos e información que corroboren y comprueben un escenario que también se presenta en la industria sanitaria y que sirve como puntapié para la elaboración de políticas de abordaje y resolución.

En esa línea, Asise Fernández, vicepresidenta de Johnson & Johnson MedTech para Cono Sur expresa que, ”la brecha de género que vemos también en la industria de la salud confirma que necesitamos seguir avanzando en la promoción de espacios laborales inclusivos y diversos, cultivando la colaboración y complementariedad de género en áreas clave de la medicina mediante el desarrollo del talento femenino y el empoderamiento del liderazgo de cirujanas, médicas y otras profesionales del rubro.”

Desafíos en la conciliación de la vida laboral y personal

En relación con los desafíos personales más comunes que enfrentan las profesionales, los datos recopilados demostraron que, en primer lugar, el 23% de las mujeres tiene la necesidad de demostrar idoneidad en ambientes competitivos. Al mismo tiempo, otro 23% menciona que su desafío es crecer profesionalmente, pero al mismo tiempo mantener la sensibilidad y la empatía. Esta información nos sugiere que existen demandas ligadas a las expectativas y estereotipos sociales asociados con el género femenino, como la empatía y el cuidado. Estas mismas cualidades a veces pueden ser percibidas como un obstáculo para asumir roles de liderazgo, donde se valora más la autoridad y la firmeza, características que históricamente se han asociado más con el liderazgo masculino. Siguiendo la misma línea, la tercera opción más votada es lograr validación más allá del género, en un 15%. Estas tendencias se mantienen con pequeñas variaciones en las edades de las personas encuestadas. Analizando por grupo etario, también podemos identificar lo siguiente: el 15% de las mujeres del rango de edad de 51-60 mencionaron innovar y acceder nuevas técnicas, como el tercer desafío en orden de importancia.

Los datos también muestran que hay una relación entre la edad y los desafíos que enfrentan las mujeres en términos de vida personal y desarrollo profesional. Por ejemplo, las mujeres de especialidades clínicas de 31 a 40 años destacaron la falta de corresponsabilidad paternal en el cuidado de los hijos y las tareas domésticas como un desafío, lo cual coincide con la etapa maternal de la mujer, donde se encuentran al cuidado de los hijos. Luego este desafío disminuye, pero vuelve a aumentar entre los 51 a 60 años, etapa de la vida en la cual se enfrentan al cuidado a sus padres, parientes, nietos u otros familiares mayores. En este caso, se ve cómo la inequidad en las tareas domésticas y responsabilidades familiares puede generar una carga extra para las mujeres, influyendo en su camino profesional.

El techo de cristal en la industria de la salud

Sin dudas, las barreras invisibles que detienen el avance de las mujeres en el mundo laboral afectan transversalmente a todas las industrias. En el relevamiento, el 16,5% mencionó la escasez de oportunidades para acceder a cargos de jefatura como su principal desafío. Al mismo tiempo, el 14% de las mujeres identificaron una serie de factores como sesgos machistas, discriminación por parte de otros profesionales, subrepresentación en roles de liderazgo y menos oportunidades en roles de mayor cargo jerárquico, lo cual ocurre a lo largo de toda la carrera profesional, en mayor o menor porcentaje. Todas las características mencionadas anteriormente, son propias de lo que se denomina techo de cristal.

Otro dato significativo es que el 13% señaló la ausencia de espacios de maternidad en los entornos laborales, a pesar de ser un derecho laboral en Argentina. Entre los 31 y 40 años este es el desafío principal que las mujeres enfrentan, junto con la falta de equipamiento adecuado para las características anatómicas femeninas como obstáculos importantes.

En el caso particular de las profesionales de 20 a 30 años, una de sus principales dificultades es al momento de querer ingresar a grupos, equipos o redes laborales conformadas en su mayoría por hombres. Al no formar parte de estos espacios, las jóvenes profesionales pueden perder muchas oportunidades, entre ellas: generar una red de contactos, aprender de otros maestros o colegas e incluso limitar su confianza en sí mismas y el reconocimiento de otros profesionales.

Diferencias según su rol en la industria

Las especialidades clínicas y las mujeres cirujanas comparten dos desafíos principales: las pocas posibilidades de acceder a cargos gerenciales y la discriminación por parte de otros profesionales de la salud, especialmente en el área quirúrgica, donde el rango de edad de más de 60 años alcanza el 29%.

Sin embargo, también se observan algunas variaciones. Por ejemplo, las mujeres en la rama clínica se encuentran con ausencia de lugares de maternidad en el trabajo y la falta de instrumental adecuado para su anatomía. En cambio, entre las mujeres cirujanas se destacan las dificultades para ingresar a equipos con mayoría masculina.

Esto sugiere que cada rama o área de especialización tiene su propio entorno laboral característico, así como sus propias barreras estructurales y prejuicios de género, los cuales no pueden ser abordados con las mismas estrategias, sino que deben analizarse de manera diferenciada en cada situación.

Inteligencia emocional y otras habilidades que no pueden faltar

Según el relevamiento, a lo largo de toda su vida profesional, las cirujanas y médicas clínicas sienten que necesitan desarrollar la resiliencia y tolerancia a la frustración como una característica infaltable para la profesión en la salud (14,5%).

A nivel general, la segunda opción más elegida fue la inteligencia emocional en un 13%. La inteligencia emocional es especial para las mujeres en el liderazgo debido a los estereotipos y expectativas sociales que pueden desafiar su autoridad y su capacidad como líderes. Es decir, que deben saber cómo responder de manera efectiva a las necesidades únicas que enfrentan en el entorno laboral. Es importante resaltar que esta es la habilidad más seleccionada por las mujeres de entre 20 y 30 años (21%).

Por otra parte, el 12% mencionó como una habilidad lograr el equilibrio entre el trabajo y la vida familiar, especialmente entre los 30 y 50 años. Esto se podría interpretar como la necesidad que tienen las mujeres de que exista una distribución equitativa de responsabilidades familiares y tareas del hogar.

Las mujeres en áreas administrativas eligieron la comunicación asertiva como la habilidad más necesaria en su profesión.

Percepción de discriminación: mujeres profesionales de Argentina

Entre los hallazgos más destacados del relevamiento, el 46% de las encuestadas en Argentina admitió haber experimentado el sentimiento de discriminación de género en su profesión. ¿Por qué el 54% % de las mujeres que manifestaron no sentirse discriminadas? Se pueden interpretar distintos motivos por los cuales se llegó a este resultado:

Podría haber una falta de conciencia o de conocimiento sobre qué es la discriminación .
Las mujeres podrían percibir la discriminación como una conducta normal y culturalmente aceptada, lo que sugiere una naturalización de la desigualdad de género.
Las encuestadas podrían identificar la discriminación y, aun así, afirmar que personalmente no la experimentan o no la sienten como tal. La discriminación es transversal a las distintas especialidades y edades, siempre está presente. Sin embargo, el relevamiento muestra que el sentimiento de discriminación es más alto entre las mujeres cirujanas, con un 50%, seguido por las mujeres en especialidades clínicas, con un 45%, y las mujeres con roles administrativos, en un 43%.

En cuanto a las edades o antigüedad laboral, se ve que en las etapas iniciales (de 20 a 30 años) existe un porcentaje relativamente alto en el sentimiento de discriminación, de un 38%. Así, se evidencia una mayor naturalización de lo que es la discriminación en el ámbito laboral, posiblemente por una cuestión de sesgos y prejuicios de la actividad. Luego observamos que se exacerba en el rango etario que coincide con una carrera más afianzada: las mujeres de más de 60 años sienten discriminación en un 52%.

Equidad de género: un logro colectivo

A pesar de que la conciencia sobre la inequidad de género es alta, solo una minoría de las mujeres consultadas en Argentina (7%) forma parte de una organización de mujeres profesionales de la salud que promueva la equidad de género y diversidad. A partir de estos resultados, se puede inferir que en el ámbito de la salud existe una gran oportunidad para fortalecer las redes de apoyo entre las mujeres. La falta de espacios para expresarse libremente y compartir experiencias es evidente y sugiere la necesidad de crear y/o fomentar el acercamiento a estos entornos específicos donde las profesionales puedan sentirse respaldadas y escuchadas en su camino profesional.

Sobre el valor y significado de este relevamiento, María Laura Faria, presidenta de Voces Vitales afirma: “esta iniciativa representa un gran paso hacia la creación de un mundo más inclusivo y equitativo para las mujeres profesionales de la salud, donde todas puedan sentirse valoradas, empoderadas y capaces de alcanzar sus metas y sueños. Además, es una oportunidad única para crear redes de apoyo y conexiones significativas.

Para finalizar, se puede decir que las mujeres aportan experiencias y enfoques únicos que benefician tanto a pacientes como a colegas. En esta aproximación a las vivencias de las mujeres profesionales del sector salud se busca entender su contexto actual en el país y trabajar en herramientas transversales al ámbito quirúrgico, clínico, científico y administrativo; que aporten a la equidad de género y sumen valor a la industria sanitaria.

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