jueves 5 de diciembre de 2024
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SALUD

Niños rechazados por ser diferentes

Un estudio realizado por el ICBF detectó que un 13% de los niños entre 5 y 9 años presenta un retraso en el crecimiento.Es necesario realizar exámenes antes de los cuatro años de edad para aplicar los tratamientos que garanticen un normal desarrollo.

· Durante los dos primeros años de vida, la velocidad de crecimiento es muy rápida y definitiva, por lo que cualquier disminución o retraso en el ritmo de crecimiento tendrá consecuencias negativas sobre el desarrollo futuro del niño.

· La deficiencia de la hormona de crecimiento puede afectar tanto a niños, como a adolescentes y adultos.

Una de las preocupaciones que tienen los padres y las madres es que sus hijos no crezcan tanto como otros niños de su edad o sean personas de baja talla en la edad adulta. La detección oportuna de problemas de peso y talla, que se calcula afecta a 170 millones de niños en el mundo, es fundamental para garantizar un normal crecimiento y una buena salud en la adolescencia y la edad adulta.

En algunos casos, además de la alimentación, “es preciso tener en cuenta las deficiencias que se puedan presentar en la hormona de crecimiento”, explicó el endocrinólogo infantil Alejandro Velásquez.

Un estudio realizado por el ICBF detectó que un 13% de los niños entre 5 y 9 años presenta retraso en el crecimiento, 5% está bajo de peso para su edad y la región Atlántica es el lugar donde más hay desnutrición en ese rango de edad. Entre los jóvenes de 10 a 17 años, el 16% presenta baja estatura y el 7% por ciento bajo peso, especialmente en la región Pacífica. En donde más desnutrición crónica se presenta es en ciudades como Cali, Medellín y Barranquilla. El menor impacto lo tienen Bogotá, San Andrés, Vichada y Vaupés.

Determinar la talla y el peso adecuados es fundamental en la etapa de crecimiento, pues en ésta se configuran la talla y la contextura. Por tal razón, los exámenes deben ser realizados en los primeros cuatro años de vida, para aplicar los correctivos a tiempo. Desde el nacimiento y hasta los cuatro años es cuando más crece una persona, en especial durante el primer año, pues el bebé triplica su peso y duplica su talla.

El doctor Velásquez especificó que el bebé debe ser sometido a exámenes periódicos para detectar cualquier deficiencia: antes de un año, cada mes; entre seis meses y un año, cada tres meses; hasta los dos años, cada seis meses, y después de dos años de edad, cada año.

Para Susana Pérez, una adolescente de 14 años el tema de la baja talla se le convirtió en un verdadero problema cuando sus compañeros de clase comenzaron a llamarla “enana prehistórica”, Susana cuenta: “lloraba mucho, no quería ir al colegio y era centro de burla de todos mis compañeros. Mis papás se preocuparon mucho, me decían que el perfume fino viene en envase pequeño, que de lo bueno, poco, y muchas cosas más, pero yo me sentía devastada al ver que mis amigas crecían y yo simplemente, seguía pegada al piso. Finalmente comencé tratamiento con hormona de crecimiento, ahora tengo una estatura normal, pero esto marco mucho mi vida y la de mi familia que me veía sufrir por las burlas”

easypod-saludEl desarrollo de los infantes está determinado por la hormona de crecimiento (GH por sus siglas en inglés), que ejerce una acción directa en los tejidos, como los óseos, para alcanzar la talla promedio según la edad. Durante los dos primeros años de vida, el ritmo de crecimiento es fundamental para el desarrollo del infante, por lo que cualquier disminución tendrá consecuencias negativas.

Explicó el doctor Velásquez que, durante mucho tiempo, se consideró que la deficiencia en la hormona de crecimiento afectaba exclusivamente a los niños, pero estudios científicos han demostrado que también tiene efectos en la adolescencia y la vida adulta.

“En los jóvenes, la deficiencia de la hormona se manifiesta como un retardo del crecimiento y en una pubertad tardía”, mientras que en los adultos “hay una baja densidad mineral en los huesos, masa corporal reducida, aumento de masa adiposa y un incremento en el riesgo de padecimiento cardiovascular”, agregó el doctor Alejandro Velásquez.

Una guía fácil para saber si la niña o el niño están creciendo bien es que al año de edad se triplica el peso que tenía al nacer; a los dos años se cuadruplica y de allí en adelante se ganan en promedio 2 kg por año hasta los 7 años (por ejemplo, el peso promedio al nacer es de 3 kg, es decir que al primer año de vida el peso esperado es de 9 kg, como se puede ver en la tabla); hasta los 10 años se ganan en promedio 3 kg por año.

En cuanto a la talla ocurre algo similar, en el primer año se aumenta entre 25 y 30 cm ( la talla promedio al nacer es 50 cm, es decir que la talla esperada al año es 80 cm y de allí en adelante como figura en la tabla ); en el segundo y tercer año se aumentan 5 cm por año y a los 4 años se alcanza el metro; entre los 5 y los 6 años se aumentan 7 cm por año y de allí en adelante y hasta los 10 años se crece en promedio 6 cm por año. A los 10 años la talla promedio es 140 cm. (Es importante advertir que estos datos son solo una guía que permite tener unos parámetros de referencia, pero que en ningún momento deben ser adoptados como metas fijas a ser alcanzadas, pues el crecimiento es dinámico y depende de muchos factores que deben ser evaluados individualmente).

Muchas veces la falta de crecimiento del niño o la niña, o un crecimiento más lento de lo normal, se presentan sin que la familia se dé cuenta. Cuando el problema no se detecta oportunamente, o no se realizan en forma inmediata las acciones apropiadas para corregirlo, se puede producir retardo en el crecimiento con consecuencias para su desarrollo físico y mental.

Tablas de crecimiento

Para establecer los niveles óptimos de peso y talla en los infantes, la Organización Mundial de la Salud –OMS– ha establecido los patrones de referencia que deben seguir los padres y los pediatras en el seguimiento a los niños y niñas.

La entidad rectora de la salud en el mundo considera que aunque es necesario tener en cuenta las diferencias individuales entre los niños, existen recomendaciones generales para garantizar el peso y la talla óptimos, como la alimentación exclusiva con leche materna durante los primeros seis meses de vida, la preparación adecuada de alimentos que garantice una dieta balanceada, no fumar especialmente durante el embarazo y luego delante de los niños, la práctica de ejercicios y el control periódico por parte de profesionales de la salud.

La vigilancia del crecimiento permite detectar riesgos, como la existencia de enfermedades o a identificar carencias en la alimentación. Las tablas definidas por la OMS permiten comparar el crecimiento con respecto a parámetros estándar, en peso y talla.

El crecimiento anormal visto en las tablas de crecimiento es sólo un indicador de un problema potencial. Es importante que el pediatra realice un seguimiento para determinar si esto representa un problema médico real o simplemente se le debe hacer un seguimiento cuidadoso. Las tablas de crecimiento son indicadores que sirven de guía a los padres y a los pediatras para realizar un seguimiento al desarrollo de los niños.

Dos de las más importantes enfermedades que pueden detectarse son los síndromes de Noonan y de Turner. El primero es un trastorno genético que causa desarrollo anormal de múltiples partes del cuerpo, y puede afectar al menos a uno de cada 2.500 niños.

El Síndrome de Turner, que afecta especialmente a las niñas, es una enfermedad genética que inhibe el desarrollo sexual y causa infertilidad. Afecta a una de cada 3.000 niñas.

Hormona de crecimiento

Para suplir las deficiencias que puedan presentarse en los bebés, a partir de células de mamífero fue creada en laboratorios la hormona de crecimiento, que puede ser inyectada diariamente como parte de una terapia prescrita por médicos.

Debido a que presentaba molestias para su aplicación, algunos padres abandonaban el tratamiento de sus hijos, razón por la cual fue creado Easypod, un dispositivo electrónico que dosifica el suministro diario de la hormona de crecimiento. Easypod recibió en Suiza el premio de oro MDEA (Excelencia en Diseño Médico).

Este dispositivo regula las dosis exactas de acuerdo con las tablas de crecimiento establecidas por la OMS y corroboradas por el endocrinólogo infantil, y “posee un software que permite comprobar si se ha aplicado o no el medicamento cuya administración es diaria”, explicó el doctor Velásquez.

Las dosis son definidas por los endocrinólogos pediatras, que pueden reprogramarlas de acuerdo con la evolución en talla y peso de los niños.

La terapia con Easypod administra una inyección subcutánea diaria a niños y adultos. Su diseño causa el mínimo dolor y el paciente no tiene que verificar la dosis, ya que esta información aparece en una pantalla digital que muestra la cantidad inyectada y la cantidad restante en el cartucho que contiene la hormona de crecimiento.

Funcionamiento del dispositivo Easypod

El tratamiento de niños y adultos con trastornos de la hormona del crecimiento se basa en la inyección subcutánea diaria de la hormona de crecimiento.

El dispositivo Easypod brinda comodidad al paciente y a quien lo aplica y le permite al médico hacer un riguroso seguimiento, pues hay un monitoreo permanente.

Además, como no requiere un ajuste de dosis diario, minimiza las posibilidades de error y maximiza el contenido del cartucho, pues la opción de ajuste automático calcula las dosis diarias de hormona para evitar pérdidas al terminar cada cartucho.

Así mismo, y por tratarse en la mayoría de los casos de niños, se reduce la ansiedad de los pacientes con fobias a las agujas, lo cual garantiza continuidad en el tratamiento ya que la aguja se encuentra oculta todo el tiempo, permitiéndole a los pacientes disminuir la ansiedad por la autoaplicación.

Indicaciones terapéuticas

La hormona de crecimiento comercializada por Merck está indicada en:

• Niños con deficiencia de crecimiento por secreción inadecuada de hormona de crecimiento endógena normal.

• Como tratamiento sustituto de la hormona de crecimiento en el tratamiento de baja estatura en niñas con Síndrome de Turner, confirmado mediante análisis cromosómico.

• Como tratamiento del retardo en el crecimiento en niños en etapa prepuberal con insuficiencia renal crónica.

• Como tratamiento sustituto de la hormona de crecimiento en adultos cuando se compruebe su deficiencia.

• En niños con inadecuado desarrollo corporal debido a un crecimiento intrauterino retardado (Pequeño para edad Gestacional [TBG]).

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