En este contexto, Argentina representa un caso particular. Si bien destina el 9,5 % de su PIB a salud 1 – uno de los porcentajes más altos de América Latina, – enfrenta un gran reto: el impacto de enfermedades como el cáncer resalta la necesidad de reforzar el sistema de salud y avanzar en estrategias que mejoren la sostenibilidad y el desarrollo económico del país.
Esta fue una de las problemáticas que se abordaron en el FIFARMA Annual Summit, un espacio donde líderes regionales discutieron cómo la salud y la innovación deben convertirse en pilares estratégicos del desarrollo económico y social en América Latina.
Este evento realizado el pasado 22 y 23 de mayo, convocó a representantes de gobiernos, entes reguladores, organizaciones de pacientes y líderes del sector salud, quienes coincidieron en una visión compartida: es necesario dejar de ver la salud como un gasto, y empezar a reconocerla como una inversión clave para fortalecer la productividad, reducir brechas sociales y fomentar un crecimiento económico más equitativo y sostenible.
Incluso, se reconoció que es necesario hacer nuevas inversiones estratégicas para potenciar el rol del sistema público e impulsar la capacidad de investigación, particularmente en innovación de enfermedades de alto impacto. En un sistema de salud donde no todos los pacientes acceden fácilmente a terapias, mejorar el acceso representa una oportunidad clave para atraer inversión y consolidar a Argentina como un referente regional en innovación y competitividad en salud.
Este panorama pone en evidencia una oportunidad urgente para fortalecer la respuesta del sistema de salud, especialmente frente a enfermedades de alto impacto como el cáncer, que actualmente es la tercera causa de muerte en el país. Se estima que más de 130 mil casos nuevos se detectaron en 2022 y que una de cada cinco muertes prematuras (antes de los 75 años) son por esta causa 4.
En la fundación nos hemos dado cuenta de que invertir en la detección temprana de ciertas enfermedades no solo salva vidas, también protege la productividad de toda la sociedad. En el caso del cáncer, diagnosticar a tiempo permite tratar la condición del paciente de forma más sencilla y con altas tasas de éxito. Pero, cuando hay un diagnóstico tardío, el impacto económico y social se multiplica: afecta a la persona, a su familia, al sistema de salud y a la economía del país. Por eso, invertir en salud, especialmente en el abordaje del cáncer, es una estrategia económica efectiva para Argentina, aseguró María de San Martín, presidenta de la Fundación Dónde Quiero Estar.
El impacto del cáncer va más allá del ámbito de la salud pública: también afecta de forma directa la productividad, el desarrollo económico y el bienestar social. En 2022, la pérdida de productividad por cáncer alcanzó el 6,2 % del PIB, una cifra que supera los ingresos fiscales del país y es comparable al gasto total en salud. Para ponerlo en perspectiva, esto equivale a perder la contribución laboral de más de 100 mil trabajadores a tiempo completo2. Estos datos refuerzan la necesidad de invertir en prevención, diagnóstico temprano e innovación para mejorar la salud y la economía del país.
Con el objetivo de generar soluciones a desafíos clave – como la carga socioeconómica de las enfermedades, su impacto en la productividad y la sostenibilidad de los sistemas de salud- , FIFARMA busca visibilizar estos temas y fomentar un diálogo informado que impulse acciones concretas en la región. En el caso de Argentina, el último estudio del W.A.I.T. Indicator 2025, un informe realizado por FIFARMA en alianza con IQVIA, reveló que, si bien más del 70% de los medicamentos aprobados localmente están disponibles, la disponibilidad total de terapias innovadoras aprobadas globalmente entre 2014 y 2024 no supera el 35% .
Superar las barreras actuales en el acceso a tratamientos representa una oportunidad para mejorar la equidad, optimizar la productividad y reducir la carga socioeconómica del sistema. Para lograrlo, Argentina puede avanzar en la integración del sistema de salud, fortalecer sus políticas de evaluación y establecer mecanismos de cobertura pública que prioricen terapias de alto impacto clínico y económico. Estas acciones no solo generarían ahorros a largo plazo, sino que también contribuirían a construir un sistema más justo, eficiente y sostenible6.
Desde FIFARMA promovemos el uso estratégico de la evidencia para comprender los retos estructurales de nuestros sistemas de salud y avanzar en soluciones sostenibles. Apostar por la innovación y la inversión en salud no solo transforma la calidad de vida de las personas, sino que impulsa el desarrollo económico y social de nuestros países, ya que las innovaciones en salud pública han sido algunas de las mayores fuentes de esperanza en la historia de la humanidad. Ese es el propósito que guía nuestro trabajo colaborativo por sistemas de salud más resilientes, equitativos y centrados en las personas,” mencionó Yaneth Giha, directora ejecutiva de FIFARMA.
El FIFARMA Annual Summit dejó un mensaje claro: es momento de reconocer a la salud como una inversión estratégica para el desarrollo sostenible en América Latina. En el caso de Argentina, donde existe talento humano y capacidad técnica, apostar por la prevención, el acceso y la innovación no solo mejora la calidad de vida de los pacientes, sino que también fortalece la economía, impulsa la competitividad y abre nuevas oportunidades para transformar el futuro del sistema de salud.