jueves 5 de diciembre de 2024
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SALUD

Los jóvenes cada vez oyen peor

Segun un trabajo publicado en ‘The Journal of the American Medical Association’, los jovenes presentan una disminución en su capacidad auditiva mayor a la que mostraban los estudios realizados a jovenes en los 90´.

Lo que todavía no se sabe es qué causa esta pérdida de audición: iPod, reproductores MP3 o discotecas; factores de riesgo que no han demostrado una relación directa.

Un grupo de expertos, encabezado por Josef Shargorodsky, del Brigham and Women’s Hospital (Boston, EEUU), cotejó los datos de dos estudios sanitarios realizados con una década de diferencia -en 1994 y 2006- en los que, entre otras mediciones, se analizó la salud auditiva de los participantes.

El trabajo ahora publicado se centra en la información de más de 4.600 jóvenes. Todos ellos tenían entre 12 y 19 años y se excluyó a los que sufrían un dolor de oído que les impedía utilizar auriculares y a aquellos con implantes cocleares. Un criterio que, según los propios autores, podría haber “infravalorado” la incidencia real de las pérdidas de audición.

Tras realizar las pertinentes audimetrías, se consideró que los jóvenes presentaban una disminución leve de la capacidad auditiva cuando el umbral se situó entre los 15 dB y los 25 dB; y se consideró moderada o severa según se fue superando esta última cifra.

Además de la intensidad, los expertos caracterizaron este trastorno en función de su unilateralidad o bilateralidad (en uno o los dos oídos) y de si éste se producía con las frecuencias bajas (0,5, 1 y 2 kHz, que son sonidos más graves) o las altas (3,4,6 y 8 kHz, más agudos).

Como resultado general, los investigadores afirman en ‘JAMA’ que “la prevalencia de cualquier clase de pérdida de audición aumentó de forma significativa, de un 14,9%, entre 1988 y 1994, a un 19,5%, entre 2005 y 2006 […] Esto representa un incremento del 31% en la presencia de este trastorno”.

El documento destaca que “uno de cada 20 niños en esta franja de edad presenta una disminución auditiva moderada o severa”, tal y como demuestra el incremento de un 3,5% a un 5,3% en su incidencia. Lo más común es sufrir esta pérdida en un solo oído y ante las frecuencias más altas.

Por otro lado, haber padecido tres o más infecciones de oído, el uso de armas de fuego o la exposición a música alta durante cinco o más horas semanales no fueron factores directamente relacionados con los problemas de audición. Sólo fue estadísticamente significativo vivir bajo el umbral de la pobreza.

No obstante, los autores recalcan que los jóvenes suelen subestimar los ruidos altos. E indican que el hecho de que la mayor incidencia de pérdidas auditivas sea con las frecuencias más altas podría indicar que el nivel de sonido sí está resultando dañino.

Tal y como recomiendan los expertos, es necesario seguir investigando en las causas de este trastorno, especialmente en las que se puedan prevenir. En esta línea, Peter M. Rabinowitz, profesor de Medicina de la Universidad de Yale (EEUU), realizó un estudio en el que midió el volumen máximo que alcanzan los reproductores MP3 y los iPod.

Según este trabajo, ponerse las canciones preferidas a todo volumen puede exceder los 120 decibelios, los mismos a los que llega un avión cuando sale de pista. Esta cifra, al margen de hacerle sentir como una estrella de rock, de pop o de jazz, según sus gustos, tiene consecuencias para la salud. La primera, y más importante, es un riesgo considerable de sufrir pérdida auditiva a largo plazo. Luego vienen otros problemas, como la falta de concentración o aislamiento social.

No obstante, todavía no se ha podido demostrar esta relación causa-efecto. Según explica Rabinowitz en ‘The British Medical Journal’, “los reproductores de MP3 se han popularizado tan rápidamente que los médicos y los científicos se han quedado atrás por la tecnología, y son incapaces de decir qué tipo de pérdida de audición podría provocar”.

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