El incremento de la supervivencia de los pacientes con cáncer de mama y los nuevos tratamientos para estos tumores, como el presentado hoy, han llevado a los científicos del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca (CIC) a estimar que en 30 o 40 años “se podría estar hablando de que se cura todo el cáncer de mama””.
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El investigador principal del CIC y codirector de un estudio en el que se ha desarrollado un nuevo tratamiento para estos tumores, Atanasio Pandiella, ha indicado hoy en rueda de prensa en Salamanca que han estimado “matemáticamente, siguiendo la evolución de los porcentajes de curación de los últimos años” que en el plazo de 30 o 40 años esta enfermedad se curará o pasará a ser crónica.
A este respecto, el director del Centro de Investigación del Centro del Cáncer de Salamanca, Eugenio Santos, ha observado que de continuar la evolución del incremento de la supervivencia de las pacientes con tumores mamarios “que es de un aumento del 1 al 1,5 por ciento al año”, junto con los nuevos hallazgos “podríamos hablar de curación de este cáncer” en ese período.
Se trata de hallazgos como los descubiertos por el grupo del doctor Pandiella, que ha logrado desarrollar un nuevo tratamiento basado en la combinación de los fármacos Herceptin y Dasatinib, con el que se ha demostrado en el laboratorio que “se impide el crecimiento tumoral” en pacientes de un subgrupo “de mal pronóstico” que representa en este momento el 30 por ciento de los casos.
El subtipo de cáncer de mama objeto de esta investigación se caracteriza por tener elevados niveles de expresión de una proteína conocida como HER2.
Hasta ahora, para este tipo de tumor el tratamiento que se realiza está basado en el Herceptin, que “aunque ha significado un gran avance en las terapias, sin embargo no es eficaz en todas las pacientes”, ha planteado Pandiella.
La necesidad de atajar el problema en este 30 por ciento de pacientes con elevados niveles de HER2 ha llevado al grupo salmantino a buscar nuevas estrategias basadas en la combinación de fármacos.
Durante más de tres años han trabajado en ello, hasta dar con la combinación “más adecuada”, que es la unión del Herceptin y el Dasatinib, un compuesto que se emplea en la actualidad en los tratamientos de leucemia meloide crónica, ha referido Pandiella.
Los resultados obtenidos, según el investigador, han demostrado que la combinación de estos dos fármacos “es más eficaz a la hora de frenar el crecimiento de células tumorales de mama” que tienen altos niveles de HER2 que los tratamientos que se están desarrollando hasta ahora.
Uno de los responsables del estudio Samuel Seoane ha subrayado que aunque “han tardado un poco en obtener los resultados, ha valido la pena”.
Desde hace año y medio, ha agregado, han obtenido “buenos resultados preclínicos” por lo que comenzaron a plantear a las autoridades sanitarias la necesidad de desarrollar los ensayos clínicos necesarios para la aprobación de este tratamiento.
Tan sólo una de cada tres pacientes con este tipo de tumor mamario responden en la actualidad al tratamiento con Herceptin, por lo que se preguntaban “cómo podían combinarla con otros fármacos para mejorar la efectividad”.
Durante estos años de trabajo se han barajado 25 combinaciones posibles, hasta que han dado con los compuestos que juntos “aumentan de manera sorprendente la eficacia antitumoral del tratamiento”, ha subrayado Pandiella.
El ensayo se ha hecho en colaboración con Alberto Caña, del Clínico de Barcelona, y en un principio se analizaron los resultados in vitro y posteriormente en animales de laboratorio.
Pandiella ha detallado que “uno de los datos” que más les ha impresionado ha sido “que el tratamiento con los fármacos combinados provocaba la desaparición del tumor en un par de meses”, a lo que se añade que no se reproduce la patología.
Ahora se desarrollará el ensayo clínico en colaboración con oncólogos nacionales y en el que intervendrán unas 40 pacientes, para pasar posteriormente a un número mayor.
En este momento el grupo está investigando además la eficacia de este tratamiento en tumores vasales, que afectan a un 15 por ciento de las mujeres con cáncer de mama y que “tienen mal pronóstico”.
Si los resultados clínicos confirman los del laboratorio, es posible que se desarrolle un ensayo internacional, para el que cuentan con la colaboración de expertos mundiales y de grandes farmacéuticas, sobre todo de Estados Unidos.