“Mi hijo es un desastre en matemáticas””. Esta afirmación tan común entre algunos padres debe cuestionarse a partir de hoy gracias a un estudio realizado por la UPC (Universitat Politècnica de Catalunya).
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El análisis dirigido por Aurora Torrents y realizado por Francesc Bofill revela que los libros de matemáticas causan verdaderos quebraderos de cabeza a los niños daltónicos -un 8% de la población masculina y un 0,4% de la femenina- ya que utilizan el color como recurso para la resolución de los ejercicios, especialmente el verde, el rojo y el amarillo, colores que las personas que sufren de daltonismo confunden.
Así, un alumno que padezca esta anomalía será incapaz de resolver operaciones sencillas en que se le pida, por ejemplo, que sume el número de bolas rojas y verdes ya que éste las verá del mismo color, una especie de marrón pardo. Esta situación se da en hasta un 11% de los libros de matemáticas y en un porcentaje muy inferior en los libros de lengua española y catalana.
El estudio de Bofill ha abierto los ojos a unos maestros que achacaban el error a que el niño no aprendía a contar. Ahora, los profesores de hasta 88 centros catalanes se muestran compungidos dado que “no se habían parado a pensar en este problema”, explica Bofill, que pudo constatar un alto desconocimiento entre profesores del daltonismo de sus alumnos ya que, a menudo, el daltonismo no se descubre, ni siquiera entre la familia, hasta edades más tardías.
Para llegar a esta conclusión, se realizaron una serie de pruebas sobre 70 libros de enseñanza primaria de 12 editoriales diferentes. Tras la finalización del proyecto en junio, Bofill se puso en contacto con dichas editoriales para comunicarles la gravedad de los resultados y, en la actualidad, ya son tres las empresas que se han comprometido a corregir estas deficiencias para no obstaculizar el aprendizaje de los alumnos. EDB, Santillana y Cruïlla trabajan ya en los cambios necesarios de cara a la próxima edición de sus libros.
Según expone la directora del proyecto, Aurora Torrents, la solución no pasa por “eliminar el color en los libros de texto para niños” puesto que así no los encontrarían atractivos. Se trata, más bien, de “utilizar otro código de colores como el azul y el amarillo o bien utilizar formas geométricas para resolver los ejercicios” para que la solución no se base exclusivamente en la percepción cromática. Hasta que lleguen las nuevas ediciones de los libros de texto, los investigadores piden especial atención a los profesores para detectar a los alumnos que fallen sistemáticamente en este tipo de ejercicios porque podrían estar ante un alumno daltónico.