Un equipo de la Secretaría de Ambiente de la Nación, conjuntamente con personal de la División Operaciones del Departamento Delitos Ambientales de la Policía Federal Argentina, realizaron un allanamiento en un domicilio particular del barrio de Palermo de esta capital, en las cercanías del Jardín Botánico. Allí encontraron aves autóctonas y especies en peligro de extinción, sin los controles sanitarios adecuados.
Durante el procedimiento, agentes del Área de Fiscalización y Control de la Dirección de Fauna Silvestre de la Nación hallaron dentro de la finca un centenar de aves nativas y de comercialización prohibida, en total estado de abandono sanitario, lo cual propició las denuncias de los vecinos debido a los malos olores. Además, dentro de una heladera se observaron una veintena de cadáveres de aves, los cuales también pasaron a formar parte de la vasta lista de animales intervenidos en la causa judicial.
Entre otras especies secuestradas se encontraron tortugas de tierra, tortugas de laguna, cardenal rojo, varillero, reina mora, tordo chopí, varias especies de sairas y ejemplares de cardenal amarillo, una especie categorizada como en peligro de extinción.
Además los animales no contaban con ningún control sanitario por lo cual el riesgo de tener enfermedades transmisibles al hombre adquiere un nivel alarmante.
Dentro de estas enfermedades, la más peligrosa es la psitacosis, la cual es producida por una bacteria denominada Chlamidia psitaci y transmisible a la especie humana a través de las aves y particularmente de los loros, cotorras y demás especies similares. Si la enfermedad no es bien diagnosticada y tratada con los antibióticos específicos puede causar la muerte de la persona infectada.
Por otro lado, los ejemplares fueron derivados en cuarentena al Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires.
Cabe destacar que la venta de animales silvestres es en su gran mayoría una actividad prohibida, ya que la totalidad de los ejemplares que se comercializan provienen de la caza furtiva, lo que constituye un delito penal. Por lo tanto, desde la DFS se recomienda a las personas que no adquieran animales silvestres fuera de locales comerciales debidamente habilitados y que se garanticen que los ejemplares tengan un origen legal.