La principal representante de la ONU para el diálogo sobre cambio climático aseguró hoy que se han logrado progresos en la semana de negociaciones de Tianjin (China), aunque la delegación de EEUU advirtió del peligro en el proceso de diálogo debido a las reticencias de potencias emergentes.
“Se está más cerca en el restablecimiento de los fondos de financiación a largo plazo” de programas de mitigación y adaptación, destacó la secretaria ejecutiva de Naciones Unidas para el Cambio Climático, la costarricense Christiana Figueres.
Según Figueres, los 3.000 delegados de 194 naciones reunidos esta semana Tianjin, ciudad vecina a Pekín, han discutido abiertamente sobre lo que puede lograrse en la próxima Cumbre de Cancún (noviembre y diciembre), logrando avances en aspectos como la financiación a corto plazo o la transferencia de tecnología, aunque reconoció que no todos los detalles están cerrados.
La canciller mexicana, Patricia Espinosa, quien también intervino en rueda de prensa en calidad de anfitriona de la futura cumbre caribeña, expresó su confianza en que “Cancún inicie una nueva era en la cooperación climática” y sea un importante paso adelante especialmente para las esperanzas de los países en desarrollo y los más vulnerables al calentamiento global.
En la reunión de Tianjin que concluye hoy, añadió Espinosa, “se ha identificado lo que puede lograrse, y se ha progresado en cómo construir los fondos” de mitigación y adaptación.
En términos menos optimistas se mostró el jefe negociador de EEUU, Jonathan Pershing, quien aseguró que los avances en las conferencias de esta semana fueron “modestos y desafortunadamente muy pequeños”.
Pershing insistió en que continúa habiendo desacuerdo a la hora de informar de las acciones para mitigar el cambio climático, especialmente por parte de grandes naciones emergentes como China y la India, por lo que “el equilibrio esencial para los procesos de financiación, reforestación o adaptación está en peligro”.
Frente a la opinión de bloque de naciones en vías de desarrollo, que defienden que el peso de la reducción de emisiones caiga únicamente sobre las naciones ricas por su responsabilidad histórica en la contaminación del planeta, Pershing aseguró que las grandes naciones emergentes pueden hacer más.
“Dividir el mundo en dos cajas no refleja el espectro de las capacidades de cada país. Reconocemos la responsabilidad histórica, pero hay que reconocer las posibilidades de cada uno”, señaló Pershing, aludiendo a que países con actual fuerza económica tales como la India, China o Brasil no pueden ser tratados igual que naciones menos desarrollados o de menor tamaño.
“Queremos que todas las grandes economías actúen y den pasos adelante en cambio climático, esperamos que naciones como la India o Brasil reporten sus acciones, aunque éstas no tienen por qué ser idénticas”, aseguró.
Los negociadores de la Unión Europea mostraron, en la línea de Naciones Unidas, un moderado optimismo tras la semana de diálogo en Cancún, pero no así el embajador de Bolivia en Naciones Unidas, Guillermo Solón, quien también participó en la ronda de ruedas de prensa.
“No ha habido cambios en las promesas (de los países desarrollados) de reducir sus emisiones entre un 13 y un 18 por ciento. La temperatura aumentará cuatro grados”, cifra que los científicos consideran puede causar en el planeta efectos catastróficos, explicó Solón.
Además, añadió el representante latinoamericano, “algunos países desarrollados quieren acabar con Kioto” desarrollando acciones que mercantilizan la lucha del cambio climático o defendiendo acciones voluntarias fuera de este protocolo.
Tanto la UE como los EEUU aseguraron que el diálogo internacional sigue siendo el principal vehículo para luchar contra el calentamiento global, pero reconocieron la posibilidad de llevar las acciones de mitigación a otros foros “porque éste está resultando ser muy lento”, en palabras de Pershing.