sábado 14 de septiembre de 2024
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SALUD

Para olvidar los anteojos y lentes de contacto

Muchas personas se sienten muy satisfechas con sus anteojos o lentes de contacto. Sin embargo, algunos realmente desean ver bien sin necesidad de recurrir a uno u otro dispositivo. Para ellos existe la opción de la cirugía refractiva, un procedimiento oftalmológico que cada día cobra más popularidad.

“El objetivo de las cirugías refractivas es básicamente reemplazar los anteojos o lentes de contacto. Cuando un paciente no ve bien por defectos refractivos – es decir por una miopía, astigmatismo o hipermetropía – el oftalmólogo recurre en primera instancia a los anteojos. Los que no se sienten cómodos con ellos pueden recurrir a los lentes de contacto, pero cuando un paciente no quiere o no tolera ninguna de las dos herramientas entonces tiene la opción de la cirugía refractiva”, explicó Eduardo Mayorga, Jefe del servicio de Oftalmología del Hospital Italiano.

El especialista explicó que el tipo más frecuente de cirugía refractiva se denomina LASIK. Este procedimiento utiliza un láser para trabajar sobre la córnea, que es el tejido transparente que recubre el frente del ojo permitiendo que pase la luz. “Por decirlo de una manera, en esta cirugía se talla el aumento que necesita el paciente sobre la córnea”, aclaró Mayorga.

Una persona que requiere poco aumento puede realizarse este procedimiento pero, en general, se recomienda para quienes superaron la medida de 1,5 dioptrías. A su vez, el candidato ideal debería tener más de 23 años, en caso de ser mujer no estar embarazada o en período de lactancia, no sufrir otros problemas ocular y haber mantenido el mismo aumento en los últimos dos años.

Pero esta opción no es accesible a todo el mundo. Por ejemplo, la córnea de algunos pacientes es tan delgada que el láser no puede tallar el aumento adecuado sobre su ojo. “Las corneas finas o miopías altas muchas veces no se pueden tratar con esta cirugía. Estas situaciones deben ser detectadas y por eso se realizan varios estudios antes de dar lugar al procedimiento”, explicó Mayorga.

LAS POSIBILIDADES DE ÉXITO Y LOS RIESGOS
Mayorga explicó que las posibilidades de éxito dependen de las condiciones del ojo del paciente antes de realizar el procedimiento. “Si el ojo se encuentra bien, las probabilidades de éxito son del 98%, es decir que la enorme mayoría de los pacientes no vuelve a usar anteojos o lentes de contacto cuando tiene menos de 40 años”, explicó.

Sin embargo, el especialista aclaró que algunas personas sí deben recurrir a los antojos o a los lentes cuando realizan actividades muy demandantes para la visión, como conducir de noche o ver cine desde las butacas posteriores de la sala. Otra aclaración que hacen los especialistas es que la cirugía no impide que, con el tiempo, la miopía, hipermetropía o astigmatismo del paciente comience a progresar nuevamente.

Mayorga explicó que, como todo procedimiento, la cirugía refractiva tiene un riesgo potencial. “La gran mayoría de los casos se realiza sin complicaciones de ningún tipo. El resto, que abarca entre el 2% a 5% de los pacientes, presenta problemas pasajeros como molestias en un ojo pero estos se arreglan. Ante la pregunta de la posibilidad de complicaciones graves la respuesta es sí, pero de la misma manera que andar en auto o volar en avión pueden generar problemas serios. Potencialmente puede hacer complicaciones pero, dada la alta tasa de éxito, si una persona reúne las condiciones esto no es una razón para no hacer el procedimiento”, afirmó el especialista.

 

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