sábado 7 de septiembre de 2024
11.1 C
Buenos Aires

SALUD

Vertigo, Mareo y Desequilibrio

Las crisis vertiginosas o las sensaciones de mareo pueden sucederle a cualquier persona, en cualquier momento y lugar. Tienen una causa física determinada que debe ser detectada a tiempo, para propiciar una correcta rehabilitación. En esta nota, la Dra. Carolina Binetti, especialista de Otorrinolaringología del Hospital, relata cómo y por qué se puede padecer estas afecciones.

El vértigo, el mareo y el desequilibrio son causas frecuentes de consulta, en el consultorio de la Sección Vestibular del Hospital se registran 100 consultas semanales referidas a estas afecciones. Pueden presentarse en cualquier etapa de la vida, sin previo aviso y están asociadas a disfunciones en el oído interno y en el sistema nervioso central.
 
Tanto el vértigo como el mareo se manifiestan de distintas formas: el vértigo es la sensación de movimiento del entorno o del propio individuo. Generalmente es de tipo rotatorio y suele ocurrir en crisis que pueden durar desde segundos hasta días. Estas crisis resultan muy angustiantes para quien la padece, no solo por su aparición súbita y sin previo aviso, sino además porque provocan una falsa impresión de muerte inminente. Es decir, cuando la crisis vertiginosa es muy violenta la persona cree que se va a morir (esto aumenta el riesgo al provocar crisis hipertensivas asociadas).
 
En cuanto al mareo, los síntomas específicos son: inseguridad al caminar, inestabilidad general, sensación de “piso movedizo” o de caminar “entre nubes”.
 
A su vez, estas afecciones tienen dos causas posibles dentro del sistema vestibular: lesiones a nivel del oído interno, o disfunciones del sistema nervioso vestibular central. Ambos sitios están en relación con la recepción y el procesamiento de la información sensorial del sistema del equilibrio.
 
El aparato vestibular (ubicado en el oído) registra la posición de la cabeza y las aceleraciones a las que la misma esta sometida. Ambos oídos funcionan de manera complementaria. Esta información se integra en el sistema nervioso central (especialmente en el tronco cerebral, cerebelo e hipotálamo) a otras informaciones dadas por la vista, y receptores sensoriales en músculos y articulaciones, entre otras. Cuando la información accede a la corteza cerebral, somos conscientes de nuestra posición y de los movimientos que realizamos. A su vez, este sistema integrado de información brinda las pautas para los ajustes en el movimiento y el tono muscular de nuestro cuerpo.
 
Asimismo, el oído controla dos movimientos reflejos principales: el “reflejo vestíbulo ocular”, que es el que controla cuanto se tienen que mover los ojos cuando se mueve la cabeza para mantener una imagen visual estática. Es decir, ante cualquier tipo de movimiento corporal que afecte la cabeza, el reflejo vestíbulo-ocular provoca en los ojos un movimiento contrario para que la retina pueda percibir una imagen estática. Gracias a este movimiento podemos leer, pues aunque el cuerpo se encuentre en movimiento (incluso movimientos imperceptibles y constantes como el latido del corazón) las letras del libro permanecerán quietas.     
            
El segundo reflejo es el “vestíbulo-espinal”, que controla el tono de los músculos extensores del cuerpo cuando uno esta quieto o ante los desplazamientos de la cabeza y del cuerpo al caminar. Si el aparato vestibular está lesionado, uno de los oídos difiere en la información y se presentan dificultades para controlar estos movimientos reflejos. Es allí cuando se percibe la sensación de vértigo o desequilibrio.     
            
Estos receptores son relevantes para que el cerebro pueda identificar correctamente la posición del cuerpo al moverse en el espacio, y asi controlar los movimientos que realiza para adaptarse al medio.     
 
Tal como sucede con el oído, si existe una lesión que afecte alguna de las vías que llevan la información desde el oído hasta el cerebro, este procesará de forma errónea la información recibida, desatando una crisis vertiginosa o dando lugar a las sensaciones propias del mareo.     
            
Más allá del tipo de lesión que padezca la persona, la consulta con el médico resulta importante para resolver el problema y plantear una rehabilitación exitosa. La misma debe ser llevada a cabo ni bien se cuente con el diagnóstico, debido a que cuanto más tarde se comienza la rehabilitación, la recuperación del equilibrio podría ser más dificultosa. Además, las crisis vertiginosas ponen en riesgo de caídas o accidentes graves a la persona que las padece, pues pueden suceder sin previo aviso y en cualquier circunstancia.     
            
Los días 22 y 23 de septiembre, la Sección Vestibular de la División Otorrinolaringología llevará a cabo las Jornadas de Vértigo y Desequilibrio (de 9 a 15 horas en los consultorios externos de Otorrinolaringología, entrepiso sector Paraguay).     
            
Durante estos días de atención gratuita, aquellas personas de cualquier edad que tengan síntomas de vértigo, mareo o desequilibrio podrán acceder a una consulta con un especialista para determinar los posibles orígenes de su afección y orientar su tratamiento.     
            
Además se realizarán una serie de charlas sobre qué es el vértigo y el desequilibrio, cómo se originan en el oído y en el sistema nervioso, qué personas son más afectadas, que opciones terapéuticas existen y qué hacer cuando se padece una crisis vertiginosa.     
 

Te puede interesar