El nivel de la fatiga dependería de tres genes que determinan la influencia de la dopamina (neurotransmisor) sobre la actividad cerebral, según una investigación realizada por la Facultad de Biología de la universidad rusa de Lomonossov.
Los investigadores han trabajado sobre tres genes que influyen sobre la cantidad de dopamina en el cerebro: DAT1, DRD2 et COMT. El primer experimento se realizó con 140 personas de ambos sexos, a las que se pidió resolver problemas de lógica durante tres horas.
La sensación de fatiga se determinó mediante cuestionarios específicos que se contestaban antes y después de cada problema. Los investigadores disponían de análisis de ADN realizados a partir de muestras de sangre de todos los voluntarios y de las secuencias de los genes estudiados.
Del estudio se desprende que las mujeres jóvenes que presentan ciertas combinaciones genéticas, gracias a las cuales producen más dopamina en el córtex prefontal, notan más cansancio, tanto antes como después del ejercicio mental. Resultados similares fueron obtenidos por los investigadores en trabajos paralelos sobre el bienestar, la actividad y el estado de ánimo de las jóvenes. El resultado se aprecia con menos intensidad en los varones.
Los investigadores suponen que las hormonas sexuales, particularmente los estrógenos, condicionan el trabajo del sistema dopaminérgico, de gran importancia en la transmisión de impulsos en el cerebro y que regula ciertos tipos de comportamiento. Los receptores de estrógenos se encuentran en diferentes partes del cerebro, incluidas las que son ricas en dopamina. Se puede suponer por tanto que el nivel de hormonas sexuales repercute sobre la fatiga mental, según estos investigadores.