Los cálculos renales deben ser añadidos a la lista de problemas de salud vinculados con el uso de píldoras hormonales tras la menopausia, dice un análisis de un importante estudio gubernamental que fue el primero en sonar la alarma sobre los productos.
Entre más de 24.000 mujeres posmenopáusicas que tomaron las hormonas o un placebo, las que usaron las hormonas corrieron un riesgo 21% mayor de sufrir cálculos renales en unos cinco años.
Los resultados indican que en el período de un año, entre 10.000 mujeres posmenopáusicas que tomaban hormonas, cinco sufrieron de cálculos renales, lo que no habría sucedido si no hubiesen usado las píldoras.
Los riesgos fueron similares para mujeres que tomaron Pempro -píldoras que contienen estrógeno además de progestina- o Premarin, que solamente contienen estrógeno.
Datos de estudios recientes indican que en general, 6% de las mujeres posmenopáusicas sufren de cálculos renales.
El doctor Naim Maalouf, autor principal del estudio, dijo que las mujeres que estén considerando usar hormonas para aliviar síntomas de la menopausia deberían examinar las consecuencias generales, sopesando esos beneficios frente a los riesgos como los cálculos renales, pero especialmente problemas más graves con los que han sido vinculadas las píldoras, como cáncer mamario, ataques cardiacos y apoplejía.
Las autoridades de salud en Estados Unidos recomiendan ahora que las píldoras hormonales solamente sean usadas para aliviar síntomas de menopausia, en dosis bajas y por el tiempo más corto posible. Es improbable que el nuevo estudio cambie esas recomendaciones.
La investigación es publicada el lunes en la revista Archives of Internal Medicine.
Maalouf, endocrinólogo del Centro Médico del Suroeste en la Universidad de Texas, en Dallas, se sumó a colegas en un análisis de datos sobre mujeres que participaron en un estudio a largo plazo de la Women’s Health Initiative (Iniciativa de Salud de las Mujeres, de los Institutos Nacionales de Salud), que comparó a mujeres de edad avanzada que tomaron Prempro o Premarin con aquellas que recibieron placebos.
Los estudios fueron diseñados para examinar los efectos de las hormonas en varias enfermedades, pero no específicamente en la incidencia de cálculos renales. Aún así, a las mujeres se les preguntó periódicamente si se les habían diagnosticado dichos cálculos durante el estudio.
El estudio con Prempro fue concluido a principios del 2002 y ocupó titulares internacionales cuando mostró más cáncer mamario, ataques cardíacos y apoplejías en las mujeres del grupo que tomaba hormonas. El otro estudio fue suspendido en el 2004 cuando el Premarin fue vinculado con mayor incidencia de derrames cerebrales.
Más adelante, se hallaron vínculos entre el uso de Prempro y el incremento de los riesgos de demencia y, en mujeres con cáncer pulmonar, más muertes.