Millones de personas con trastornos mentales, neurológicos y por abuso de sustancias no tratados podrán beneficiarse de las nuevas directrices diagnósticas y terapéuticas simplificadas que ha publicado la Organización Mundial de la Salud para facilitar el tratamiento de la depresión,los trastornos por consumo de alcohol,la epilepsia y otros trastornos mentales frecuentes en el entorno de la atención primaria.
La Guía de intervención amplía la competencia en materia de diagnóstico y tratamiento a médicos, enfermeras y otros prestadores de atención sanitaria no especializados en salud mental.
Estas directrices se presentan como diagramas de flujo para simplificar el proceso asistencial en el entorno de la atención primaria.
“La Guía de intervención es un logro fundamental que convierte en menos de 100 páginas de saber clínico y consejos prácticos sucintos todo un mundo de experiencia clínica y conocimientos técnicos aportados por expertos”, ha dicho la Dra. Margaret Chan, Directora General de la Organización Mundial de la Salud.
CIFRAS DE TRASTORNOS
La OMS calcula que más del 75% de las personas con trastornos mentales, neurológicos y por abuso de sustancias (entre ellos cerca de 95 millones de pacientes con depresión y más de 25 millones con epilepsia) que viven en los países en desarrollo no reciben ningún tipo de tratamiento o atención.
El hecho de capacitar al sistema de atención primaria de salud para diagnosticar esos trastornos producirá un importante aumento del número de personas que pueden acceder a la atención.
“Para mejorar los servicios de salud mental no se necesitan tecnologías sofisticadas y caras. Lo que se necesita es aumentar la capacidad del sistema de atención primaria de salud para prestar un paquete integrado de servicios asistenciales”, afirmó el Dr. Ala Alwan, Subdirector General de la OMS para Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental.
TRISTE SITUACION
Se calcula que una cuarta parte de la población mundial sufre trastornos mentales en algún momento de su vida.
Los pacientes con trastornos mentales, neurológicos o por consumo de sustancias suelen ser estigmatizados, desatendidos y sometidos a abusos. Los recursos disponibles son insuficientes, están distribuidos de forma no equitativa y se usan de modo ineficiente.
En la mayoría de los países solo se gastan en salud mental menos del 2% de los fondos disponibles para la salud. En consecuencia, una gran mayoría de las personas con estos trastornos no reciben ninguna atención en absoluto.