Las consultas por contracturas han aumentado en los últimos tiempos. Las espaldas sufren día a día el peso del trabajo, las malas posiciones y estrés. La falta de actividad física constante es un factor determinante que acompaña a las tensiones musculares.
ARGENTINA.- Desde que los hombres y mujeres dejamos de andar en cuatro patas, nuestra espalda ha soportado un gran agobio, emitiendo su queja en forma de dolor.
Las actividades que desarrollamos en nuestra vida diaria, el mobiliario inadecuado que usamos, las malas posturas y las malas fuerzas derivan generalmente en una contractura que nos mantiene tensos y doloridos.
Así, el consumo de medicamentos analgésicos y miorrelajantes de venta libre aumentó considerablemente. Según un informe de la Escuela de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Maimónides, publicado el año pasado, desde diciembre de 2008 aumentó el consumo de medicamentos de venta libre. Analgésicos, antiinflamatorios y sedantes encabezan el ranking.
Pero la contractura permanece ahí o vuelve a aparecer. Prevenirla y atacar sus orígenes es la mejor decisión cuando de nuestra salud se trata.
Estar en equilibrio
“Las contracturas son acortamientos, endurecimiento, aumento de la tensión del músculo o grupo muscular como respuesta a una agresión interna o externa como fatiga muscular, un trauma, poca irrigación, etc” explica el licenciado en Kinesiología Gilberto Báez
“Las causas son múltiples. Podemos nombrar encabezando la lista el estrés, las posturas inadecuadas, los traumatismos.” apunta el kinesiólogo.
En una nota publicada por un medio nacional, la kinesióloga Teresa Weksler, directora de la Escuela de la Espalda, decía: “es importante trabajar para educar las percepciones del paciente, de su equilibrio, de cómo se sienta, de la posición de su cabeza en el espacio, asociados a datos visuales. Pero no hay una receta única para todos. Lo básico es entender que una vez que el dolor se ha instalado hay que descubrir de qué manera se originó “.
Dónde está la contractura
Para su mejor estudio la columna vertebral es divida en: columna cervical (desde el cuello hasta los hombros), dorsal (desde allí hasta la cintura) y columna lumbar y sacro-coccígea (hasta el huesito dulce) . Los dolores pueden ser localizados o irradiados según persistan en una misma zona o se dispersen hacia otras partes del cuerpo.
Las contracturas son más frecuentes ahora y eso se debe a las condiciones de vida en la que nos movemos.
Así lo afirma el licenciado Báez quién lleva años en el ejercicio de la kinesiología.
“En los últimos años las contracturas son muy frecuentes, posiblemente debido a que vivimos con mucho más exigencias que años atrás. Los horarios apretados, necesidades nuevas que aparecen, exceso de trabajo, poco descanso y menos actividades físicas recreativas son algunos de los factores que contribuyen a un aumento en las consultas a causa de contracturas”
Dime que eres y te diré tu contractura
Las largas horas frente a un monitor determinaran casi con seguridad una contractura cervical. Una madre con un par de hijos, entre ellos un bebé, seguramente sufrirá dolores lumbares a causa de la posición al dar el pecho, la mala fuerza al levantar a los niños o bien el esfuerzo excesivo de levantar las bolsas del supermercado.
Cosas simples de la vida determinan las contracturas. Las cosas que hacemos todos los días.
“La mujer supera a los hombres en las contracturas. Posiblemente por las múltiples tareas que realiza: la casa, los hijos, el trabajo fuera del hogar. El hombre, tal vez por cuestiones culturales, tiene más espacios de descarga física y no se contractura tanto”.
Otra cuestión que determina las malas posturas son las medidas de los muebles de trabajo. Lo ideal para quién trabaja en escritorio sería que, tanto su silla como su mesa, pudieran adaptarse a su altura, para no realizar esfuerzos musculares debido al uso de un mobiliario no adecuado.
Cómo podemos prevenir
En cuestiones de salud, la prevención es un factor fundamental que cualquier profesional debiera tener en cuenta en primera instancia.
También consultamos al licenciado Báez acerca de la manera de prevenir las contracturas.
“Los fundamental para disminuir y alejar la contractura es cambiar determinados hábitos. Debemos hacer más ejercicio físico, descansar lo suficiente, bajar los niveles de autoexigencia y mejorar las posturas”
Estas son algunas de las recomendaciones del profesional consultado quién además aseguró que depende de cada persona la postura que asuma frente a su tarea diaria que puede ser más o menos contracturante.
Lo importante es saber que las contracturas se pueden aliviar y prevenir sosteniendo una actitud saludable de vida.
Los pro y los contra de la actividad física
• No realizar deportes que impliquen rotación de la columna con esfuerzo, como el squash, el windsurf o el kayak.
• Los deportes que requieren fijar la vista, como el tenis, producen contracturas cervicales.
• Hasta que la cincha abdominal esté fuerte, no hacer ejercicios de brazos con carga que tense los trapecios.
• En abdominales: no hacer fuerza con el cuello y doblar las rodillas.
• Natación: en el agua se anula el efecto de la gravedad y se amplían los movimientos articulares.
• Yoga: es una de las pocas técnicas que trabajan seriamente la columna.
Sin embargo, no todos sus ejercicios son aptos para las contracturas.