jueves 5 de diciembre de 2024
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SALUD

Una vacuna contra las mayores armas biológicas

El bioterrorismo se ha convertido en una auténtica obsesión para el Gobierno de EEUU y otros países. Tras los atentados del 11-S y los posteriores ataques con ántrax, las autoridades se dieron cuenta de que se enfrentaban a una nueva y letal amenaza: las armas biológicas.

Desde entonces, no se han escatimado esfuerzos para investigar herramientas que puedan solventar un ataque de este tipo. Y ahora empiezan a dar resultados. Unos investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU (NIH) han desarrollado una vacuna combinada contra los dos agentes con más potencial de ser utilizados en el bioterrorismo: la viruela y el ántrax.

La viruela ya fue erradicada, pero algunos laboratorios aún conservan muestras del virus. La enfermedad tenía un índice de mortalidad del 30% y no existe ningún tratamiento eficaz, salvo una vacuna autorizada que sí previene los casos aunque en algunas personas está contraindicada y tiene efectos secundarios. Por su parte, el ántrax se puede manifestar de forma cutánea, gastrointestinal e inhalada. Esta última es la más agresiva y la que produce el mayor número de muertes. Pese a que algunos antibióticos son eficaces y también existe una vacuna disponible, la tasa de mortalidad llega al 70%.

Lo que han hecho los científicos, según publican esta semana en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, ha sido combinar ambas inmunizaciones. Han cogido parte de ambas vacunas y han insertado los genes de esas partes, junto con un compuesto químico, conocido como interleukina 15, en la vacuna de la viruela. El producto resultante es más seguro y efectivo que las inmunizaciones por separado, tal y como han probado en ratones y conejos.

Además, es más fácil de conservar, de almacenar y puede utilizarse y desarrollarse rápidamente en caso de un ataque bioterrorista, cosa que con las vacunas por separado no se puede conseguir.

Una sola dosis de la nueva terapia protegía al 33% de los ratones 72 horas después del ‘pinchazo’, mientras que la vacuna del ántrax, por ejemplo, sólo daba protección al 10% de los animales.

Según concluyó una comisión del Congreso estadounidense, de todos los medios con capacidad de destrucción masiva, el bioterrorismo supone la mayor amenaza para la población mundial en los próximos años. De los posibles agentes que se pueden usar en estas armas biológicas, los más agresivos son la viruela y el ántrax. Por eso, contar con una vacuna que pueda hacerl frente a ambas es un paso importante, concluyen los investigadores.

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