Desde la perspectiva de la ESI, compartimos algunas propuestas para trabajar la salud sexual en los distintos niveles educativos, y continuar acompañando a las niñeces y adolescencias en su derecho a expresar y ejercer su sexualidad desde un marco de cuidados, autonomía, respeto y libertad.
A partir del año 2010, la Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS por sus siglas en inglés) invita a que el 4 de septiembre se celebre el Día Mundial de la Salud Sexual, con el fin de para promover la salud sexual, el bienestar y los derechos sexuales fundamentados en los Derechos Humanos universales.
Esta propuesta retoma la definición de salud sexual de la Organización Mundial de la Salud: «…un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad, la cual no es la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad» (OMS, 2006a). Vemos entonces que la salud sexual se define y entiende a partir de una comprensión amplia de la sexualidad, en tanto es un aspecto central de los seres humanos que acompaña a las personas a lo largo de toda su vida (OMS). A su vez, los derechos sexuales se fundamentan en los Derechos Humanos universales, reconocidos en los instrumentos internacionales, regionales y nacionales en materia de Derechos Humanos.
Algunos de los derechos sexuales contemplados en los Derechos Humanos son:
El derecho a la vida y a vivir la sexualidad en libertad;
El derecho a la igualdad y a la no discriminación;
El derecho a la autonomía e integridad del cuerpo;
El derecho a vivir una sexualidad libre de toda forma de coerción, violencia y discriminación;
El derecho a la privacidad;
El derecho a la libertad de pensamiento, opinión y expresión;
El derecho al grado máximo alcanzable de salud, incluyendo la salud sexual que comprende experiencias sexuales placenteras, satisfactorias y seguras;
El derecho a contraer, formar o disolver el matrimonio y otras formas similares de relaciones basadas en la equidad y el pleno y libre consentimiento;
El derecho a decidir tener hijos, el número y espaciamiento de los mismos, y a tener acceso a la información y los medios para lograrlo;
El derecho a la educación y el derecho a la educación sexual integral.
En sintonía con estos conceptos, la Educación Sexual Integral es definida en la Ley 26.150 como aquella que «articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos» . Esa normativa establece también el derecho de niñas, niños y adolescentes a recibir ESI en todos los establecimientos del país, de gestión estatal o privada. Para esto, los Lineamientos Curriculares y NAP pautan los contenidos y habilidades que deben promoverse en cada nivel educativo, acorde a la etapa en que se encuentren.
La Educación Sexual Integral nos da la oportunidad para hacer una reflexión compartida sobre el lugar de la escuela en la protección de los derechos, para que todas las personas ejerzan y expresen su sexualidad, además de disfrutar de la salud sexual, teniendo en cuenta los derechos del resto de las demás personas. La ESI promueve así saberes y habilidades para que cada niña, niño y adolescente pueda tomar decisiones conscientes y autónomas en relación con el cuidado de su cuerpo, las relaciones con otras personas, la sexualidad y sus derechos.
Presentamos a continuación actividades seleccionadas para trabajar en cada nivel educativo en torno a esta efeméride y promover en las escuelas la salud sexual.