El gobierno de la canciller Angela Merkel aprobó ayer una reforma de salud que obligará a los alemanes a pagar más por las coberturas, medida que fue calificada por los opositores y sindicalistas como el fin del sistema solidario.
Además, se abolió la regla vigente desde hace 130 años por la cual empleador y empleado financiaban por partes iguales la contribución al seguro médico.
La contribución del empleador permanecerá fija, mientras que los aumentos futuros serán financiados solamente por los asegurados. En caso de que sobrepasen el dos por ciento, el Estado ayudará con recursos fiscales. De este modo, los costos de la seguridad social son desacoplados de los costos laborales.
Así, a partir de 2011 cerca de 50 millones de afiliados a la seguridad social se verán obligados a destinar el 15,5% de sus ingresos para las prestaciones médicas en lugar del 14,9% que pagaban hasta ahora, informó la agencia de noticias DPA.
Los opositores y los sindicatos fustigaron con dureza la reforma. “Es el final de sistema de salud solidario”, afirmó el diputado socialdemócrata Karl Lauterbach, experto del partido en políticas sanitarias.
Según el parlamentario opositor, la reforma acelererá el surgimiento de una “medicina de dos clases” en Alemania.
El proyecto de ley será sometido el 30 de este mes a votación del Parlamento, en el que el gobierno de Merkel cuenta con la mayoría necesaria para transformarlo en ley.