En el 2012 Román Luna supo que padecía esclerosis múltiple, una enfermedad autoinmune que afecta el sistema nervioso central. Luego de un período de rehabilitación, encontró en el running un aliado para superar la depresión del diagnóstico. Decidido a superarse, junto a su hija, Valentina Luna, corrieron El Cruce, la carrera de 100km que une Argentina con Chile.