Esa pregunta es más que una decisión operativa. Es un punto de quiebre emocional, profesional y humano. Y en ese punto, la respuesta no siempre depende de las circunstancias externas. Muchas veces, depende de algo que parece intangible, pero que lo define todo: la actitud.
La actitud es esa frontera invisible que separa dos territorios muy distintos. De un lado, la rendición: dejar que el peso de lo que pasa nos gane la pulseada. Del otro, la reinvención: usar lo que pasa como combustible para crecer, crear, mutar.
Y no se trata de un optimismo ingenuo ni de frases motivacionales de calendario. Se trata de reconocer que la actitud no borra las dificultades, pero cambia radicalmente el modo en que las atravesamos.
Quienes se reinventan no lo hacen porque no tengan miedo o dudas. Lo hacen porque, a pesar de ellas, deciden dar un paso más, probar una alternativa, buscar un nuevo enfoque. Deciden que su historia no termina en el obstáculo, sino que el obstáculo es solo un capítulo más.
La próxima vez que estés frente a ese límite, recordá: no es una línea fija. Es un espacio que se mueve con vos, que se corre cada vez que elegís mirar más allá de lo que te detiene. Y en ese pequeño, pero inmenso, acto… empieza tu reinvención.
Por: Vale Muda Directora Grupo MEDIHOME valemuda.com.ar