Vivimos corriendo, resolviendo, apagando fuegos, saltando de reunión en reunión, mientras la sensación de no llegar – ni a los objetivos ni a nosotras mismas – se vuelve una constante.
Pero, ¿qué pasaría si cambiáramos la narrativa? ¿Y si, en lugar de correr detrás del tiempo, decidiéramos gobernarlo?
El tiempo no nos gobierna. Somos nosotras quienes decidimos cómo utilizarlo.
Esta afirmación no niega las demandas laborales, las responsabilidades familiares o los imprevistos. Lo que propone es una mirada más estratégica, más humana, más conectada con nuestro propósito. Porque el tiempo no es solo una variable del reloj: es una expresión de nuestras prioridades.
Gobernar el tiempo implica liderar con intención. Significa hacer espacio para lo que importa, aprender a decir que no con claridad, a diferenciar lo urgente de lo importante. Significa también permitirnos los silencios, los momentos de pausa, el descanso que nutre, la creatividad que nace del vacío.
En mi experiencia, tanto personal como profesional, entendí que cuando dejás de pensar que “el tiempo no te alcanza” y empezás a preguntarte “¿en qué quiero invertir mi tiempo?”, todo cambia. Dejas de correr para llegar, y empezás a avanzar para construir.
Como líderes, esto se vuelve aún más potente. Porque cuando gobernamos nuestro tiempo, también creamos condiciones para que quienes nos rodean puedan hacer lo mismo. Promovemos culturas laborales más conscientes, menos reactivas, más orientadas a lo esencial.
Gobernar el tiempo no se trata de llenar cada minuto de productividad. Se trata de darle sentido. De elegir. De liderar desde la conciencia.
Por: Vale Muda Directora en Grupo MEDIHOME