La frase “Un viaje de mil millas comienza con un solo paso” nos recuerda que todo gran cambio inicia con una decisión, con ese primer impulso que nos saca de la inercia y nos pone en movimiento. No importa si el inicio es incierto, si sentimos miedo o si el proceso no es lineal. Lo importante es animarnos a dar el primer paso y confiar en lo que viene después.
El miedo a lo desconocido: un freno innecesario
El miedo es una emoción natural cuando nos enfrentamos a lo nuevo. Nos cuestionamos:
- ¿Y si no es el camino correcto?
- ¿Y si me equivoco?
- ¿Y si no soy lo suficientemente bueno/a?
Pero el verdadero desafío no está en eliminar el miedo, sino en avanzar a pesar de él. Cada paso que damos nos brinda claridad, confianza y experiencia. Esperar la certeza absoluta solo nos deja en el mismo lugar.
Confiar en el proceso: crecer en el camino
Cuando nos animamos a empezar, nos damos cuenta de algo clave: el plan no tiene que ser perfecto, porque se irá ajustando sobre la marcha.
- La acción trae aprendizaje: solo haciendo descubrimos qué funciona y qué no.
- Cada obstáculo nos fortalece: cada desafío nos ayuda a crecer.
- No hay errores, hay ajustes: podemos cambiar de rumbo sin que eso signifique fracaso.
Los grandes proyectos, los cambios importantes y el crecimiento personal no ocurren de un día para otro. Son el resultado de decisiones pequeñas, tomadas con constancia y determinación.
Empezá. Ajustá. Avanzá.
No importa si el primer paso es pequeño. Lo que importa es que lo des. Porque cuando te animás a desafiarte, a romper con tus propios límites, te das cuenta de que podés mucho más de lo que creías.
Por: Vale Muda Directora en Grupo MEDIHOME