No se trata solo de un tema de calidad de vida, sino de un factor crucial para aumentar la productividad, atraer talento y retenerlo. Sin embargo, pese a que las evidencias sobre su impacto positivo son cada vez más contundentes, muchas empresas continúan enfrentando serias dificultades para implementar programas que promuevan una cultura de bienestar.
Según una encuesta de Gallup, el bienestar en el lugar de trabajo se convirtió en una prioridad para más del 60% de los empleados al evaluar opciones laborales. Este dato subraya que, en un contexto donde los millennials y centennials dominan el mercado laboral, las empresas que no adopten este enfoque podrían quedar rezagadas. Celina Lotito, experta en bienestar con más de 25 años de experiencia en el mundo corporativo, afirmó: “El bienestar es un concepto holístico que integra mente, cuerpo y emociones. Si no estamos plenos, no podemos rendir a nuestro máximo potencial”.
Durante una entrevista para el canal de Youtube de Briut Salud, una plataforma que conecta a personas con especialistas en medicina tradicional y terapias alternativas para mejorar su calidad de vida, Lotito señaló que la resistencia a implementar programas de bienestar radica en parte en paradigmas laborales obsoletos, heredados de la época de la revolución industrial, donde el éxito se medía por horas trabajadas, no por la calidad del desempeño. “Hoy, el ‘cómo’ hacemos las cosas es tan importante como los resultados mismos”, enfatizó. Este cambio de paradigma requiere una cultura organizacional transformadora, que debe impulsarse desde los niveles jerárquicos más altos hacia abajo.
Entre los principales desafíos mencionó:
- Presupuesto insuficiente: Muchas empresas no contemplan partidas específicas para bienestar en sus presupuestos de recursos humanos. Sin embargo, un informe de McKinsey destaca que cada dólar invertido en bienestar genera un retorno de cuatro dólares, evidenciando que es una inversión rentable.
- Paradigmas anticuados: Existe la percepción errónea de que desconectar brevemente de las tareas disminuye la productividad, cuando en realidad, permitir pausas mejora significativamente la concentración y el rendimiento.
- Falta de recursos adecuados: En muchas organizaciones, los programas de bienestar son aislados o limitados, careciendo de un enfoque integral que contemple diferentes herramientas accesibles para todos los empleados.
Acciones sencillas para promover una cultura de bienestar
Para superar estos desafíos, Lotito propuso diversas acciones que no requieren grandes inversiones:
1 Pausas activas: Programar recordatorios para levantarse, caminar o realizar breves ejercicios en el lugar de trabajo. Estas pausas ayudan a reducir el sedentarismo y aumentar la energía.
2 Espacios de desconexión: Facilitar lugares tranquilos donde los empleados puedan realizar meditaciones breves, respiraciones profundas o incluso practicar NSDR (No Sleep Deep Rest), una técnica que mejora las capacidades cognitivas y la memoria en pocos minutos.
3 Opciones de alimentación saludable: Sustituir snacks procesados por frutas o colaciones nutritivas durante reuniones o en áreas comunes, promoviendo así una dieta que favorezca la atención y el bienestar general.
4 Acceso a plataformas tecnológicas: Utilizar herramientas digitales, como Briut Salud, para ofrecer teleconsultas en disciplinas como yoga, mindfulness o coaching personal. Estas soluciones tecnológicas, accesibles y de bajo costo, permiten implementar programas de bienestar en forma escalable y personalizada.
Lotito también destacó que crear una cultura de bienestar debe partir de los líderes. “Si los jefes no habilitan a los empleados a participar, ningún programa tendrá impacto”, aseguró. Esto implica generar un ambiente de seguridad psicológica donde cada colaborador sienta que su voz es escuchada y valorada, y donde exista un balance entre productividad y descanso.
El impacto del estrés en el entorno laboral
En el panorama actual, caracterizado por una sobreabundancia de estímulos y la constante presión por cumplir con múltiples tareas, el estrés pasó a ser una constante. Como señala Celina, vivimos “con 20 solapas abiertas, trabajando en la computadora”, mientras múltiples notificaciones y solicitudes interrumpen nuestro foco”. Este ritmo incesante, además de la incertidumbre económica y social, puede tener consecuencias devastadoras si no se gestionan adecuadamente.
El estrés es una respuesta natural de nuestro organismo y, en pequeñas dosis, puede potenciar nuestras habilidades. “Nos ayuda a reaccionar y a tener nuestras herramientas a disposición para abocarnos a cierta tarea”, explicó Celina. Sin embargo, cuando este estado de alerta se prolonga, comienza a generar un impacto negativo en nuestra salud física y mental, desencadenando problemas como inflamación, deterioro del sistema inmune y mayor vulnerabilidad a enfermedades.
En su más reciente Informe Mundial sobre salud mental, la Organización Mundial de la Salud (OMS) destacó el papel de los lugares de trabajo como espacios que pueden desencadenar enfermedades graves en la población (como estrés, ansiedad o burnout), pero también tienen el gran potencial de actuar como lugares seguros que previenen riesgos psicosociales. Por otro lado, datos de la Encuesta de Burnout en el Trabajo de Deloitte refieren que al menos el 77% de los trabajadores experimentó algún tipo de burnout en su trabajo actual.
Los líderes como modelos a seguir
El cambio hacia una cultura de bienestar comienza desde la cima. “Los líderes deben ser conscientes ellos mismos y comenzar a cuidarse para habilitar a su equipo a hacer lo mismo”, destacó Celina. Esto incluye acciones simples, como tomarse un momento para caminar en un parque o realizar pausas activas. “Si ellos lo hacen, sus colaboradores sentirán que también pueden hacerlo”, añadió, subrayando que las acciones hablan más que las palabras.
Invertir en el bienestar de los equipos no solo genera resultados inmediatos, sino que establece las bases para un éxito sostenible. Según Celina, un equipo que no se siente pleno, nutrido y en armonía puede alcanzar objetivos en el presente, pero difícilmente mantendrá ese nivel en el mediano y largo plazo. La apuesta por el bienestar no es solo para hoy, sino para garantizar el compromiso y la productividad del equipo en el futuro.
El bienestar corporativo no es un lujo ni una moda pasajera; es una necesidad imperativa para las organizaciones que aspiran a ser competitivas en el mercado actual. Invertir en el bienestar de los colaboradores no solo mejora su calidad de vida, sino que también impulsa el éxito empresarial. Como concluyó Lotito, “Cuando las personas están bien, las empresas también lo están”.
Celina Lotito Experta en bienestar con más de 25 años de experiencia en el mundo corporativo- para tratar sobre el bienestar corporativo, sus principales desafíos y compartió acciones para promover la cultura organizacional.