Es una frase que interpela, especialmente cuando atravesamos momentos de incertidumbre, de frustración o de límites externos que no podemos modificar.
Muchas veces insistimos en cambiar lo de afuera: las condiciones, las personas, los contextos. Pero hay situaciones en las que eso no depende de nosotros. Y es ahí donde emerge el verdadero desafío: transformarnos desde adentro.
Cambiar la perspectiva, el foco, las prioridades. Reconfigurar lo que significa éxito, bienestar o realización. Revisar nuestras respuestas, nuestras decisiones, nuestras narrativas.
En el liderazgo, en la salud, en el crecimiento personal, hay un punto de inflexión: entender que no todo es control, pero todo puede ser aprendizaje.
No es conformismo. Es una forma de poder. Porque lo que no podés cambiar, puede cambiarte. Y muchas veces, ahí empieza la transformación más profunda.
Por: Vale Muda Directora Grupo MEDIHOME valemuda.com.ar