Durante el invierno, nuestra piel no es la misma ya que la disminución de la temperatura tiene un claro impacto. Repasamos las consecuencias del clima invernal, tales como la resequedad y el agrietamiento, así como las formas de combatirlos.
A lo largo de la época invernal, la piel se ve afectada y diversos signos como la resequedad, deshidratación, sensibilidad y el agrietamiento comienzan a aparecer en escena. Pero ¿a qué se deben estas consecuencias?
Las causas se encuentran vinculadas a las temperaturas extremas típicas de dicha estación, tanto del frío en sí, como del calor al que se somete la piel por el uso de calefactores o estufas. En este sentido, la Dra. Noelia Capellato (M.N 111.370), Médica de familia y Medica Dermatóloga, expone: “En condiciones de baja temperatura ambiental, el contacto de la piel con el frío genera que los vasos sanguíneos se contraigan para preservar al cuerpo de la pérdida de calor, y como consecuencia de esto, se reduce la secreción sebácea que aporta la humectación natural de la piel”.
En línea con esto, la barrera cutánea comienza a perder hidratación y lípidos: “La barrera cutánea es la parte más externa de nuestra piel, está cubierta por una capa hidrolipídica o manto ácido. Esta barrera cumple la función de protegernos contra las agresiones externas, como infecciones e irritaciones, es impermeable y mantiene constante la hidratación evitando la pérdida transepidérmica de agua. En el invierno, esta pérdida de agua por parte de la piel, suele aumentar y es por eso que se reseca más, haciéndola más sensible a los irritantes.” menciona la Dra. Apellato.
Existen áreas de la piel que, por sus características, suelen verse más afectadas, como las manos y los labios y el rostro. Sin el cuidado adecuado, estas zonas pueden volverse más secas, opacas, rugosas o con escamas blanquecinas que tienden a formar fisuras. Los síntomas que suelen acompañar a estas circunstancias son: tirantez, prurito y dolor. Ahora bien, ¿Cómo podemos evitar que esto ocurra?
Algunas recomendaciones para combatir los signos del invierno en cada área de la piel por parte de la Dra. Noelia Capellato son:
1. Rostro: es importante hacer una limpieza diaria con productos suaves según cada tipo de piel, hidratar con más frecuencia que en las épocas más calurosas, y recordar que siempre se debe utilizar un fotoprotector en la rutina de cuidado diario.
2. Manos: utilizar agua a temperatura templada, protegerlas del frío con guantes de abrigo y utilizar guantes impermeables para realizar las tareas domésticas. También, es recomendable aplicar luego de cada lavado, una crema que contenga activos que reparan y protegen la barrera cutánea. Cicaplast manos de La Roche-Posay, es una buena solución ya que cuenta con una fórmula con niacinamida y glicerina, adecuada para el cuidado habitual de las manos durante todo el año, y sobre todo en el invierno.
3. Labios: evitar lamerse la piel de los labios para humectarla, ya que la saliva es irritante y puede generar más resequedad e incluso lesiones inflamatorias en la piel perilabial. Humectar la piel de los labios y del borde con bálsamos para labios que contengan agentes reparadores y calmantes como Cicaplast labios de La Roche-Posay cuyos componentes principales son la manteca de karité y pantenol, fórmula ideal para la recuperación epidérmica. Además, utilizar maquillajes labiales adecuados con características humectantes e hipoalergénicas.
Por último, si el problema se torna recurrente y empeora en cualquier área de la piel, es necesario consultar con un dermatólogo para un correcto diagnóstico y tratamiento.
La misión de La Roche-Posay es mejorar la vida de las personas a través de la dermatología. Es por eso que desde la marca acompañan a los dermatólogos para impulsar la ciencia y desarrollar soluciones dermatológicas pensadas para problemas reales con el objetivo de que nadie deba sufrir o verse afectado a causa de su piel.