La situación del dengue en países limítrofes, y especialmente en la Triple Frontera, alertó a las autoridades sanitarias argentinas, quienes convocaron a una reunión con sus pares de los países de la Unasur. Analizarán las experiencias en el control del vector y se articularán estrategias.
BUENOS AIRES.-El ministro de Salud, Juan Manzur, convocó esta semana a sus pares de los países que integran la Unasur a una reunión en la ciudad misionera de Puerto Iguazú, para analizar la situación del dengue en la región y consensuar estrategias conjuntas para el control de la enfermedad transmitida por el mosquito vector.
De las reuniones simultáneas que se llevarán a cabo el miércoles y jueves, participarán además gobernadores y ministros de Salud de las provincias del NEA y el NOA. También participarán equipos técnicos que evaluarán en cuatro reuniones las experiencias de los programas de control en cada país; los resultados del Plan Quinquenal de Dengue de la Unasur; las propuestas de trabajo para la temporada 2010-2011 y la problemática de sanidad de frontera, en cuanto a las capacidades básicas exigidas por el Reglamento Sanitario Internacional (2005) en puertos, aeropuertos y pasos fronterizos terrestres.
Durante la reunión anual de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en Washington, Manzur ya había expresado su preocupación por el avance del dengue en países limítrofes. “Aunque este año en nuestro país el impacto fue mucho menor, el dengue está presente en la región”, dijo. Sin embargo, destacó que “en la zona de la Triple Frontera debemos extremar la prevención”.
El funcionario advirtió que “hay datos preocupantes que vienen de Brasil, Paraguay, Ecuador, Venezuela y Colombia”, dijo. Precisó que “en Brasil, por poner un caso, hay información de este año que indica que al momento se registrarían unos 950.000 casos de dengue”.
“El problema del dengue está instalado en nuestro continente, por eso en este momento la planificación y la coordinación conjunta son nuestras mejores armas”, expresó Manzur.
En 2010, la Argentina logró una drástica reducción del número de enfermos que, de los más de 26 mil casos registrados y 5 muertes producidas en 2009, este año se ubicó en poco más de mil.
Esos resultados fueron fruto del trabajo conjunto entre la Nación, las provincias, los municipios y la comunidad, que estuvo orientado por el Plan Nacional de Prevención y Control del Dengue y la Fiebre Amarilla, que fuera consensuado por la cartera sanitaria nacional con sociedades científicas y académicas.