viernes 29 de marzo de 2024
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SALUD

Trabajos que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte

Los operadores telefónicos y médicos que atienden emergencias viven, día tras día, bajo el estrés de saber que cumplen roles cruciales a la hora de salvar una vida. Qué sienten, cómo se preparan y cómo manejan la presión.

Cuando alguien llama a una empresa de salud ante un accidente o situación de colapso de una persona, se inicia un circuito en el que el rol de las y los trabajadores de la salud puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

El primer y principal paso ante un llamado es escuchar el relato de quien se comunica, contener la situación y realizar preguntas de protocolo que permiten establecer con qué grado de urgencia o emergencia nos encontramos. Si bien para la mayoría de las personas estas dos palabras pueden parecer sinónimos, no son lo mismo. Según explica la Dra. Paola Caro, directora Médica de vittal, la urgencia médica es una situación inesperada al igual que la emergencia, pero la diferencia es que el primer caso no supone riesgo de muerte inmediata para el paciente.

En ambas situaciones, para asistir a los socios que se comunican es necesaria una preparación y capacitación especial, como también comprensión y capacidad de accionar de manera rápida y segura ante el pedido de auxilio.

Damián Ezequiel Pereyra tiene 33 años. Trabaja de operador telefónico de la empresa emergencias médicas y urgencias VITTAL desde 2017. En promedio, atiende 2.000 llamados de auxilio por mes en temporada invernal.

“Para realizar esta tarea la principal habilidad debe ser la empatía con quien está del otro lado, ya que se encuentra en crisis y en una situación extrema”, analiza Damián; y agrega que, para afrontar las llamadas, las principales herramientas con las que cuenta son los conocimientos en primeros auxilios y en manejo de situaciones de emergencia; los protocolos de actuación; y las habilidades de comunicación. “En mi caso, ingresé a vittal con varias de ellas por ser estudiante de enfermería. De todas formas, la empresa brinda constantemente capacitación en todos esos ejes”, afirma. Además, antes de comenzar su jornada laboral, Damián siempre revisa los protocolos y acciones en pos de agilizar el ingreso del servicio y reducir el tiempo del auxilio.

Según cuenta, para afrontar las llamadas es importante mantener la empatía, escuchar, brindar una respuesta tranquilizadora y eficaz. “Las emergencias de grado 1, es decir, las que tienen serio riesgo de vida, siempre generan estrés debido a la urgencia y gravedad de la situación. No obstante, es imprescindible mantener la calma y actuar con rapidez y precisión para brindar la ayuda necesaria”, enfatiza Damián; y continúa: “Si el caso tiene riesgo de vida inminente se debe acompañar al familiar para que pueda ayudar lo más que pueda hasta la llegada del médico”.

Lo reconfortante, reflexiona Damián, “es recibir entre tanta emergencia, llamados recordando y agradeciendo el actuar del equipo”.

En tanto, Marcelo Vázquez -operador del sector cabina y traslados en vittal- detalla que es fundamental mantener una escucha activa y a la hora de enfrentar las diversas situaciones, realza la importancia del buen clima laboral entre compañeros, a quienes valora como su “cable a tierra”. Mariela Castro, también operadora telefónica, añade que para un buen desempeño en su labor prioriza los protocolos para casos de auxilio y considera que la predisposición en ambos lados del teléfono es una de las mejores herramientas.

Como otros tantos trabajadores, Damián, Marcelo y Mariela son el primer eslabón de una cadena que derivará en el arribo de los médicos al lugar donde está ocurriendo la urgencia o emergencia.

Tinoco Yhosmid tiene 48 años. Es médico pediatra, trabaja en el servicio de urgencias y emergencias de niños, niñas y adolescentes de vittal desde 2007. En promedio, atiende a 36 pacientes mensuales en la unidad pediátrica de alta complejidad.

En cuanto al equipo de trabajo que se traslada a asistir a los pacientes, Tinoco subraya: “Los enfermeros están muy bien formados, muchos son capacitadores y tienen experiencia. Los choferes conducen muy bien y también saben de mecánica y dónde están las herramientas de enfermería. Siempre está todo listo al arribar al lugar”.

Cuando el médico pediatra es asignado a una emergencia, se interioriza del caso. “Imaginamos el peor escenario y nos preguntamos si las necesidades para cubrir esa emergencia están. Se hace una revisión/confirmación para que no falte nada y salimos de inmediato”, detalla.

En cuanto a sus miedos, Tinoco expresa que, justamente, están vinculados a los accidentes porque “no serán por culpa de uno sino de otros. Esto se soluciona mirando alrededor, debemos estar más atentos y tranquilos. Aprendí que hay que estar alerta en la calle y mirar 360°”.

Asimismo, para disminuir el estrés, trabaja en la serenidad y en la manera de expresarse. “También me es útil dormir, escuchar música e ir al gimnasio”, agrega.

Consultados sobre un llamado que recuerden en particular y el por qué, Damián relata: “Una madre llamó porque su hijo había sufrido un ataque al corazón y estaba perdiendo la conciencia. Guíe a la mujer a través de los procedimientos de reanimación cardiorrespiratoria mientras esperábamos la llegada de los servicios de emergencia. Nosotros éramos su único sostén en esa situación. Finalmente, los servicios de emergencia llegaron y el hijo fue llevado al hospital, donde se recuperó completamente. Me impactó la fortaleza y la determinación de esa mamá en un momento de crisis y me recordó la importancia de mantener la calma y brindar la ayuda necesaria en situaciones de emergencia”.

Por su parte, Tinoco hace énfasis en el agradecimiento de los padres. “Ellos atraviesan un problema y nosotros aportamos las soluciones”, sintetiza.

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