martes 23 de abril de 2024
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AMBIENTE

Biocida Natural para reemplazar al glifosato

El árbol llamado Neem posee propiedades biocidas que podrían reemplazar al dañino glifosato. Los compuestos del neem son únicos ya que no mata de inmediato las plagas pero altera sus procesos metabólicos de manera sutil pero efectiva y por supuesto sin dañar al medioambiente.

ARGENTINA.- En 1992 se introdujeron las primeras semillas de Neem (Azadirachta indica A. Juss.) de la familia Meliáceas, a Jujuy y Salta, primero para probar su adaptabilidad a las condiciones ecológicas del subtrópico del NOA, y segundo para evaluar la posibilidad de su uso como biocida orgánico.

El neem tiene un amplio rango de distribución, y por ende de variabilidad genética, desde bosques semiáridos a perhúmedos.
Si bien la profusa bibliografía moderna sobre neem informa que no soporta heladas ni períodos prolongados de bajas temperaturas, las introducciones en Jujuy y Salta probaron fehacientemente una cierta tolerancia a frío, incluídas las severas heladas.

Descripción Botánica
El neem es un árbol perennifolio, muy parecido en follaje, corteza y flores a su pariente mas cercano, el paraíso (Melia azedarach).
Los principales compuestos bioactivos para control de plagas agrícolas y uso medicinal están contenidos en las semillas. Si bien las hojas y corteza nueva también contienen compuestos biocidas, estos son menos efectivos que los de semillas.  A partir de los 10 años un árbol puede producir anualmente hasta 50 kg de frutos y llegar a vivir mas de 200 años.

Propiedades biocidas
La creciente preocupación por la preservación ambiental a raíz del desarrollo de resistencias de organismos plagas, la contaminación por pesticidas sintéticos y la necesidad de desarrollar la agricultura orgánica, han puesto la atención en fuentes tradicionales y nuevas de plaguicidas naturales. Estos tienen la virtud de ser biodegradables,  no desarrollar resistencias en plagas desde que comprenden moléculas químicamente variables, actuando generalmente entre varias, a veces con sinergismo y con acción biocida muy variable. 
Susruta, lo mas sabio de la medicina india en 600 A.C., menciona 760 plantas medicinales, entre ellas el neem. Su nombre sánscrito era “arishtha” que significa “alivia la enfermedad”. Antiguamente se usaba en infusión como febrífugo, como dentífrico, y sus hojas secas para ahuyentar insectos en granos almacenados y en la ropa. Es un excelente ejemplo donde la milenaria sabiduría popular ha sido validada científicamente, primero por investigadores indios desde 1920.
Pero los trabajos indios no fueron apreciados por la ciencia europea hasta que el entomólogo alemán Heinrich Schmutterer observó en Sudán en 1959 que la langosta no consumía en absoluto el follaje del neem. Vale recordar que el paraíso (Melia azedarach) fue introducido desde India a Argentina a fines de 1800 por su total resistencia a langosta y hormigas, y eventualmente se usa como insecticida orgánico.
Las investigaciones en Alemania y de tres científicos indios en 1962 iniciaron la era moderna  del desarrollo del neem como biocida natural. A partir de 1985 tuvieron lugar tres conferencias internacionales sobre neem, numerosos talleres y simposios, se editan boletines y hay un enorme interés en la comunidad científica internacional. El Departamento de Agricultura de EEUU comenzó a investigar neem desde 1972, y a partir de 1985 se patentó con diferentes marcas.
El neem contiene 4 compuestos biocidas principales y 20 bioactivos menores, cuya originalidad reside en que actúan de diferentes maneras bajo circunstancias diversas, y no tienen ningún parentesco químico con los pesticidas de síntesis. Químicamente son parientes lejanos de compuestos esteroides que incluyen la cortisona, píldoras anticonceptivas y diversos farmacéuticos. Solamente se componen de átomos de carbono, hidrógeno y oxígeno, y a diferencia de pesticidas comerciales no presentan átomos de cloro, fósforo, azufre o nitrógeno.  Por lo tanto, su modo de acción es muy diferente en el control de unos 200 insectos plagas, ácaros, nematodes, hongos, bacterias y unos pocos virus.
Los compuestos biocidas del neem son únicos ya que a la mayoría de las plagas no las mata de inmediato, pero altera diversos procesos metabólicos, a veces en forma muy sutil, pero efectiva. El organismo plaga deja de alimentarse, no puede procrear o no logra su metamorfosis. Uno de los compuestos más importantes, la azadiractina, interrumpe la metamorfosis de larvas, y aun en cantidades trazas actúa como enérgico repelente.
Un atributo interesante de ciertos compuestos bioactivos del neem es que son agentes sistémicos en ciertas plantas, o sea que son absorbidos por raíces y transportados al follaje, desplegando una acción biocida desde el interior del vegetal. Esto fue observado en trigo, cebada, arroz, caña de azúcar, tomate, algodón y crisantemos con efecto protector por 10 semanas.
 
Medicina humana y veterinaria
La propiedad mas importante del neem es que sus compuestos biocidas no presentan toxicidad para animales de sangre caliente. De hecho, en sus lugares de origen y en los numerosos países tropicales y subtropicales donde se introdujo neem, aves y murciélagos frugívoros consumen la pulpa dulce de sus drupas. En plagas domésticas se emplea contra cucarachas y en salud humana contra vinchucas y mosquitos.
En experiencias de laboratorio, ratas con aplicaciones de extractos de neem en piel no mostraron efectos de toxicidad, al contrario, consumían más alimento y ganaron más peso que las no tratadas. En el test de Ames, que detecta carcinógenos potenciales, los extractos de neem no mostraron acción mutagénica. En el caso de humanos, en India se han usado durante milenios hojas de neem para proteger granos almacenados del ataque de gorgojos y polillas, con lo cual millones de personas han ingerido trazas de neem en forma diaria, y sin efecto perjudicial.

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